Cuando trabajamos con elementos peligrosos, como líquidos o gases a presión, siempre es mejor contar con herramientas que nos ayuden a realizar las mediciones o el trabajo en sí de forma más segura, sin tener que acercarnos tanto o poner en riesgo nuestra integridad física.
Uno de estos instrumentos es el manómetro, que, por el nombre, parece que sirve para medir ‘manos’, pero en realidad la palabra viene de 2 de origen griego: manós, que significa ‘raro’, escaso’ o ‘poco denso’ y mètre, es decir, ‘metro’. Esta herramienta, por lo tanto, mide aquellas sustancias que son raras o poco densas, en este caso, la presión de fluidos y gases. Existen varios tipo de manómetros dependiendo de lo que se esté midiendo o para lo que se vaya a usar. Hoy veremos las magníficas utilidades de esta invención, sus tipos y cómo emplearlo.
Lo primero: ¿qué es un manómetro?
Aunque ya hayamos explicado brevemente su funcionamiento, tenemos que ser un poco más técnicos y decir que un manómetro es un instrumento de medición de la presión de cualquier fluido que circule por un circuito cerrado, como una tubería. Por lo tanto, sirve para medir la presión de un gas o líquido.
También se le conoce como manómetro de presión y la forma de medir es la presión relativa, es decir, la diferencia entre la presión absoluta y la atmosférica. Por lo tanto, solamente puede medir presiones positivas, aquellas mayores a la presión atmosférica. Es importante recordar esta característica, ya que si usamos un manómetro para medir una presión negativa seguramente se estropee.
Las aplicaciones de esta herramienta la convierten en uno de los instrumentos de medición más utilizados, ya que es capaz de:
- Medir la presión de un proceso (en el sector industrial).
- Averiguar la presión de inflado de los neumáticos de los coches en una visita rutinaria al mecánico o en la gasolinera de forma cotidiana.
- Saber la presión de una tubería doméstica.
- Garantizar la seguridad de, por ejemplo, la presión de una bombona de gas o de una caldera.
Como ves, sus usos van desde una aplicación más profesional, dentro de sectores como el industrial, hasta un uso diario y por cualquier persona, como a la hora de comprobar la presión de las ruedas de un coche. La facilidad de uso que tiene le permite, entre otros factores, ser tan manejable por persona tanto expertas en el tema como por aquellas que jamás han utilizado uno.
¿Cómo funciona un manómetro?
Los manómetros suelen tener una escala graduada que mide la presión, en bares, pascales o psi (fuerza por pulgada cuadrada). Todos tendrán un elemento que cambie alguna propiedad en el momento de medir la presión o ser sometidos a ella. Este cambio, que nos indicará la medición, se verá en una escala o pantalla del propio manómetro, traducida directamente en las unidades de presión correspondientes.
La aguja será la que mida la presión en el interior del circuito. Verás 2 escalas normalmente: la de arriba indicará los bares y la de abajo los psi. Para poder identificar mejor las franjas de presión la escala está compuesta de varios colores. Será muy fácil reconocer el nivel de peligrosidad porque funcionan igual que un semáforo: el verde significa que no hay problema, el naranja o amarillo que hay un poco de riesgo y el rojo que el nivel de peligrosidad es alto porque la presión también lo es.
Es muy importante en un manómetro su capacidad de medir con exactitud la presión, ya que ese es su propósito principal. La exactitud es la diferencia máxima, o el error, entre el valor verdadero y el valor indicado por el manómetro expresado como porcentaje. Esta capacidad estará directamente relacionada con el precio del aparato.
Si no se necesita una lectura muy precisa, se podrá emplear una precisión de 3-2-2. Los indicadores tendrán una precisión de aproximadamente el 3% en el tercer y último tercio inferior de su rango de medición (escala), y del 2% en el tercio medio. Sin embargo, si lo necesitamos, podemos encontrar manómetros que lleguen a una precisión del 0,25%.
El símbolo que se utilice en los circuitos del manómetro siempre dependerá del tipo. El general es el estándar, el diferencial sirve para ver la diferencia de presión entre dos puntos y el tercero serviría para cualquier medidor de presión.
Además de los usos que ya hemos comentado, como en las ruedas de coche y en las bombonas de butano, el manómetro tiene muchas otras aplicaciones igual de prácticas, como por ejemplo en el control de presión de distintos sistemas de una planta de energía nuclear, el seguimiento de la presión de un circuito neumático o hidráulico, el control de la presión del líquido de frenos de un coche, en los sistemas de calefacción, aire acondicionado o refrigeración…
Tener la posibilidad de vigilar la presión en estos casos puede ayudarnos en gran medida porque así podremos saber en cualquier momento que lo necesitemos posibles amenazas de seguridad como una presión demasiado peligrosa o fallos en el sistema debido a una baja presión. De hecho, muchos manómetros que se utilizan en la industria son automáticos y están capacitados para apagar el sistema de control que monitorizan si el nivel presión puede hacer peligrar el circuito.
Tipos de manómetros
Existen muchos tipos de manómetros, cada uno de ellos diseñados específicamente para un caso concreto:
Manómetro de Bourdon
Es el manómetro más popular y empleado. Consiste en un tubo cerrado por un extremo y abierto por el otro. El abierto se conecta al recipiente sobre el que se quiere medir la presión y de esta forma el manómetro indica su valor.
Manómetro de dos ramas abiertas
Este consiste en un tubo de vidrio en forma de U con un líquido dentro (normalmente mercurio) del que se conoce la densidad previamente. Una rama del manómetro está expuesta a la atmósfera, mientras que la otra se conecta al fluido. La presión del mismo irá desplazando poco a poco el líquido del interior del manómetro hasta equilibrarlo. La altura del líquido indicará la presión del recipiente.
Manómetro truncado
Su funcionamiento es el mismo que el manómetro de 2 ramas, solo que la presión que indica este es absoluta y no relativa. Por eso suele utilizarse para medir presiones muy pequeñas (1 Torr = 133,322 Pa).
Manómetro metálico
Este tipo de manómetros son en realidad barómetros modificados para que dentro de ellos actúe la presión del fluido y fuera la presión atmosférica. Se utilizan fundamentalmente en el sector industrial.
Manómetro digital
Es capaz de medir la presión con un sensor. La ventaja de de este tipo es que proporciona el valor de la medida en una pantalla, por lo que todo el proceso es más simple y directo; no hay que interpretar nada.
Escoger el manómetro adecuado
Viendo la cantidad de manómetros que hay y el funcionamiento de cada uno de ellos es normal que, si necesitas uno, no sepas cuál elegir o qué tipo es el más adecuado para lo que quieres medir. No te preocupes, porque aquí te dejamos algunos elementos a tener en cuenta para elegir el manómetro que mejor se adapte a la medición que necesitas hacer:
Tamaño del manómetro
Todo dependerá del espacio del que dispongas en la instalación; ese será el indicador a la hora de escoger un manómetro más o menos grande. Eso sí, ten siempre en cuenta que, a mayor tamaño, más divisiones, por lo que podrás obtener una lectura de presión más precisa. Si es lo que necesitas, lo mejor será que optes por un manómetro grande.
Temperatura de medición
Por supuesto, la temperatura de la medición que se vaya a realizar condicionará la elección del manómetro, ya que tenemos que estar seguros de que este se adapta a las condiciones. Lo mejor es consultar la ficha técnica del mismo o preguntar al fabricante si tenemos la opción. Si, por ejemplo, la temperatura es alta, es conveniente no usar un manómetro metálico para medir la presión.
Aplicación del manómetro
La industria o el tipo de uso que se le vaya a dar es fundamental para escoger un modelo u otro. No será lo mismo que lo usen manos expertas para mediciones concretas o de riesgo que alguien que jamás ha usado uno y lo necesita para saber la presión de los neumáticos. También hay que tener en cuenta que es posible que entre en contacto con sustancias que no pueden tolerar algunos materiales. Si queremos medir la presión de agua potable, el manómetro jamás podrá estar sucio o contener plomo.
Fluido a medir
De igual forma, el fluido a medir podrá condicionar la propia medición y al manómetro. Si queremos medir la presión de un químico corrosivo, el aparato deberá estar hecho de un material que soporte esa condición, como el acero inoxidable.
Rango de presiones del manómetro
No todos los manómetros tienen la capacidad de medir todas las presiones posibles, tienen un máximo que deberemos respetar. Por eso te recomendamos que escojas la herramienta con un rango de presiones acorde a lo que vayas a medir. Si escoges uno que pueda medir hasta presiones muy altas, si la cantidad es muy baja la presión será muy imprecisa.
Sabemos que, especialmente en el sector industrial, hay que tener mucho cuidado a la hora de elegir las herramientas con las que trabajaremos, por eso en Servitec, con más de 30 años de experiencia en este sector, trabajamos en equipo y siempre buscamos estar al día con todas las novedades para aportar las mejores soluciones y servicios al mantenimiento industrial.
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